Veja Store (Madrid), proyecto de Plantea Estudio

Plantea Estudio, Veja, Arquitectura, Madrid

VEJA STORE
Arquitectos: Plantea Estudio
Calle Barquillo 44. Madrid
Fotografías: Salva López

El punto de partida es un extraordinario espacio en la esquina de la calle Barquillo con Fernando VI. El local tiene forma de V cerrada, con acceso desde la esquina. Una vez despojada de revestimientos, aparece franca una estructura de muros de carga de ladrillo. Son gruesos y apoyados en granito en la fachada, más delgados y entramados con pies y vigas de madera de pino en el interior.

La solución adoptada amplíala la altura de los huecos existentes, hasta la original. Se limpian las paredes de materiales o elementos superfluos, dejando las reparaciones o restos imprescindibles.

En palabra de sus autores “Hay que tocar mucho para que parezca que no se ha tocado nada.” Los muros medianeros de menor calidad material se revisten con un proyectado rugoso de mortero de yeso y perlita, que acentúa la irregularidad de la base. El techo se proyecta con un material absorbente acústico, también rugoso, que alberga encastrada la iluminación general. El suelo se trata con un mortero de cemento de alta calidad, que proporciona una superficie continua, excepto en el zaguán de entrada, donde se pavimenta con un adoquín klinker de corte recto y proporción alargada.

Con estas operaciones se trata de elevar, de completar y realzar las cualidades de lo existente, hasta lograr un contenedor entonado en el rojo del ladrillo y el color yeso, en distintas texturas y variaciones, que trata de enlazar la arquitectura tradicional de Madrid.

En este contenedor se disponen los mínimos elementos posibles. En cada lado de la V, unas piezas centrales y un estante lineal fijado a una de las paredes. Las primeras están construidas con hormigón in situ, sobre un molde perdido y con un encofrado de tablero de madera viejo. Sirven de banco, apoyo, expositor o mostrador. Los estantes son ligeros, fabricados con chapa de acero plegada, y flotan sin tocar los muros. La colección principal de calzado queda expuesta en ellos, iluminada por una luz propia, más brillante que la general.

El conjunto se complementa con espejos, grandes y también flotantes sobre los machones de ladrillo de la fachada, multiplicando las vistas cruzadas. Un gran ficus nos recoge a la entrada, y butacas, diseño de Joaquim Belsa, en 1960 para Aresta, y taburetes recuperados apoyan como mobiliario para el descanso. En el centro de la V, la tienda se completa con un taller de reparación de calzado, con todo el equipamiento necesario.

La filosofía ‘sostenible’, decididamente moderna y de mínimos de la marca queda expresada en el complejo diálogo que se produce en el espacio, ahora lugar, entre lo nuevo y lo tradicional, lo funcional y lo idealista, lo bruto, lo perfecto, lo encontrado y lo sutilmente añadido.