Lumbago: ¿qué es y qué lo causa?

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La lumbalgia o lumbago es el dolor que aparece en la zona baja de la espalda a nivel de la columna lumbar, entre las costillas y la zona glútea, causado por alteraciones de las diferentes estructuras que forman las vértebras como los ligamentos, músculos, discos vertebrales y vértebras. Puede presentar rigidez en la espalda, disminución del movimiento de la región lumbar y dificultad para estar derecho.
Se clasifican en tres tipos dependiendo de la duración:

  • Agudo: su duración no llega al mes
  • Subagudo :entre uno y tres meses
  • Crónico: cuando dura más de 12 semanas

Se puede afirmar que entre un 65 y un 90% de todos los individuos sufrirán un episodio de lumbalgia en algún momento de su vida. El dolor lumbar es uno de los padecimientos más antiguos y frecuentes que sufre la humanidad.

¿Por qué se produce?
El lumbago puede aparecer por múltiples causas, bien por causas mecánicas o por causas de origen inflamatorio.

  • Mecánicas: son las más frecuentes y están provocadas por las alteraciones de la mecánica y estática de las estructuras que forman la columna lumbar.
  • Inflamatorias: debido a diferentes enfermedades que inflaman las estructuras de la columna vertebral como la espondilitis anquilosante, infecciones o tumores.

Entre los factores que pueden agravar el lumbago están la falta de ejercicio y vida sedentaria, la obesidad, las malas posturas o determinadas actividades relacionadas con esfuerzo físico en el trabajo.

Síntomas del lumbago
Los síntomas del lumbago pueden ser:

  • Dolor esporádico en uno o ambos lados de la zona lumbar
  • Dolor sordo incluso a la palpación, localizado en zona lumbar
  • Sensación de ardor y hormigueo en zona lumbar
  • Dificultad para moverse, que puede ser lo suficientemente grave como para que la persona no pueda caminar o ponerse de pie
  • Espasmos musculares, pudiendo llegar a ser graves
  • En ocasiones pueden aparecer contracturas en la espalda
  • El dolor puede extenderse a nalgas, ingles y piernas

El dolor puede variar en función del comportamiento y si aumenta y disminuye cuando se realizan diferente acciones como levantarse, reír, toser, estornudar, gestos corporales, etc.

Tratamiento del lumbago
El tratamiento depende de la fase en la que se encuentre el paciente.
En los estadios iniciales se trata el dolor con analgesia y se evita el avance de la lumbalgia. Es el médico quien recomienda el tratamiento más adecuado. Por ejemplo, en un estadio inicial el tratamiento sería:

  • Aplicación de frío-calor: para bajar la inflamación y el dolor o relajar la musculatura.
  • Reposo: siendo la postura ideal tumbado boca arriba, pero solo de manera puntual.
  • Medicación: lo más habitual es la administración de analgésicos, relajantes y antiinflamatorios para recuperar la movilidad de la espalda lo antes posible.
  • Fisioterapia: como los ejercicios aeróbicos, estiramientos y ejercicios de fortalecimiento para recuperar cuanto antes la movilidad de la espalda.
  • Realizar actividades: como yoga, tai-chi o Pilates que fortalecen la musculatura de la espalda
  • Higiene postural: además de ayudar en la recuperación, evita malas posturas o movimientos que provoquen de nuevo episodios de lumbalgia. Es necesario aprender a tener una adecuada postura tanto a nivel laboral como en el día a día.
  • Cirugía: solo para los casos en los que se tenga que liberar presión sobre el nervio o sea preciso reducir la movilidad de la articulación vertebral afectada dejándola fija.

Generalmente la lumbalgia tiene un buen pronóstico y solo un porcentaje pequeño se cronifican.

Beneficios de la fisioterapia para tratar el lumbago
La fisioterapia aporta una serie de beneficios en el tratamiento de la lumbalgia como:

  • Ayuda a reducir el dolor de la región lumbar contribuyendo a mejorar la calidad de vida del paciente.
  • Fortalece y refuerza la musculatura lumbar, minimizando el riesgo de recaídas y cronificación del dolor.
  • Mejora la movilidad facilitando la incorporación rápida la rutina diaria  del paciente.
  • Mejora la vascularización e irrigación en la zona afectada ayudando a desinflamar los tejidos afectados.

El objetivo del tratamiento fisioterapéutico es calmar el dolor para poder reactivar las funciones alteradas. El fisioterapeuta elabora un plan personalizado tras la evaluación del paciente que puede incluir:

  • Educación para el dolor
  • Termoterapia, ultrasonidos, onda corta, crioterapia
  • Uso de TENS o electroestimulación
  • Educación postural
  • Técnicas de relajación
  • Ejercicios de fortalecimiento muscular
  • Ejercicios de flexibilización en la región lumbar
  • Manipulación vertebral
  • Acupuntura