La terapia cognitivo conductual: técnicas y tratamientos

terapia cognitivo conductual, psicología

La terapia cognitivo-conductual es un tipo de terapia que interviene a nivel cognitivo (lo que una persona piensa) y en la conducta (lo que una persona hace) en las acciones que se realizan. Intenta cambiar la forma de pensar y sustituir los pensamientos basados en creencias irracionales y distorsiones cognitivas por pensamientos más objetivos y adaptativos. De igual manera, transforma los comportamientos menos útiles en conductas beneficiosas, es decir, ayuda a cualquier persona a aprender cómo manejar mejor las situaciones estresantes de la vida.
Esta terapia no indaga en el pasado sino que se centra en el presente y futuro inmediato.
La terapia cognitivo-conceptual tiene gran aceptación hoy en día y es reconocida por su efectividad. No asegura un éxito absoluto pero sí garantiza una eficacia general.
Se trabaja con un asesor de salud mental (psicólogo y psiquiatra) de manera estructurada, asistiendo a unas serie de sesiones.
Se trata de una herramienta muy útil, ya sea sola o en combinación con otras terapias para tratar la salud mental como la depresión, el trastorno de estrés postraumático o un trastorno de la alimentación. Aunque hay que dejar claro que no todas las personas que se benefician de este tipo de terapia tienen una enfermedad mental.

Qué ocurre en una sesión de terapia cognitivo conductual
La terapia cognitivo-conductual consta de tres etapas:

  • Evaluación psicológica: tiene como objetivo principal conocer al paciente en su conjunto. Conocer su personalidad, habilidades y destrezas y problemas o dificultades psicológicas que pueda presentar. 
  • Intervención terapéutica: es la intervención psicológica en sí misma. Dura más tiempo y es donde el terapeuta trata de identificar la forma de pensar, comportarse y de generar emociones y sentimientos del paciente. Aplica una serie de técnicas psicológicas para que el paciente sea capaz de identificar por sí mismo la forma de pensar y comportarse. Aporta conocimientos y herramientas para mejorar esas áreas en la que haya mayor dificultad y van dirigidas a lograr objetivos y cambios previamente pactados.
  • Seguimiento: las sesiones son más espaciadas, ya que el paciente ha alcanzado un estado de mejoría significativa que deberá mantenerse vigilando que no haya recaídas.

Duración de la terapia cognitivo conductual
Dependiendo de los objetivos de cada paciente, una terapia cognitivo-conductual suele durar entre 10 y 30 sesiones. No se trata de una terapia larga, pues se centra en llegar a resultados bien definidos y a la resolución de tareas por parte del paciente.
Son sesiones que se pueden realizar en grupo o en sesiones individuales con una duración de unos 30-60 minutos. Se recomiendan sesiones semanales o quincenales.
Pero todo varía en función de varios factores como:

  • Tipo de trastorno o de situación
  • Gravedad de los síntomas
  • Rapidez en que se evoluciona
  • Nivel de estrés soportado
  • Grado de ayuda recibida

Qué trastornos trata la terapia cognitiva-conductual
Además de ser un tratamiento efectivo para la depresión, la meta es ayudar a las personas a aprender a identificar patrones de pensamientos negativos, evaluar su validez y reemplazarlo por otras maneras de pensar más adecuadas como, por ejemplo, en los casos de:

  • Ansiedad
  • Manejo de la ira
  • Miedos irracionales y fobias
  • Trastorno obsesivo-compulsivo
  • Ataques de pánico
  • Estrés post traumático
  • Ansiedad social y fobia social
  • Trastorno de déficit de atención e hiperactividad
  • Trastornos de la alimentación
  • Esquizofrenia
  • Baja autoestima
  • Desórdenes relacionados con situaciones médicas
  • Separaciones 
  • Pérdida de seres queridos