Conjunto turístico de Albeida, Serra de Outes (A Coruña)

Conjunto turístico de Albeida, Arquitectura, Coruña

Conjunto turístico de Albeida, Serra de Outes
Salgado e Liñares Arquitectos
Francisco Liñares + Alfonso Salgado
Fotografías: Héctor Fernández Santos-Díez Roi Alonso

El Complejo Turístico de Albeida está ubicado en el entorno privilegiado de la ría de Muros y Noia, en A Coruña, parroquia de San Cosme de Outeiro, perteneciente al municipio coruñés de Outes.

El proyecto integra la rehabilitación de tres edificaciones tradicionales que, hasta ese momento, habían sido residencia y estudio de grabación, con la construcción de nueve cabañas de madera que se integran en la naturaleza respetando la vegetación del lugar y reforzando la historia de lo ya edificado.

Preservando la intimidad de los visitantes y las vistas a la desembocadura del río Tambre y los montes del Barbanza, el proyecto parte de la premisa de conservar la vegetación e incorporar las construcciones preexistentes. Los apoyos de los ligeros alojamientos se integran con respeto en el terreno sin dañar las raíces de los árboles, estableciendo un diálogo entre lo natural y lo artificial.

“Las ligeras estructuras de madera se apoyan sobre el territorio salvando las raíces de los árboles, con los que se mezclan de forma natural. Se precisan las alturas de las plataformas, los recorridos de acceso y las llegadas… Se borran los límites arbitrarios y todo discurre en una charla cordial, pues lo natural y lo artificial inician un diálogo que se apoya en el pasado, se asienta en el presente y se proyecta hacia el futuro. La definición exacta de las soluciones constructivas evoca una cadena de relaciones: los entramados de madera proporcionan un sistema en el que cada nuevo paso se insinúa de algún modo en el anterior, en las distintas escalas de intervención, donde lo mismo se resuelven las estructuras portantes que los detalles del mobiliario.” Salgado e Liñares arquitectos. 

Un proyecto sensible con el paisaje y la memoria, a la vez que sostenible en sus principios constructivos en el que los arquitectos trabajaron a cuatro niveles:

  1. Buscaron la intimidad de cada edificación sin renunciar a la perspectiva que se descubre entre las ramas de los árboles de la desembocadura del río Tambre, los montes del Barbanza, la villa de Noia y el nacimiento de la ría Muros-Noia.
  2. Se definieron formalmente las diferentes edificaciones intentando aunar la evolución caprichosa de la vegetación con el elemento racional de los edificios existentes, conscientes de su origen, su presente y su futuro.
  3. Se definieron los apoyos sobre los que soportar las ligeras estructuras de madera de los inmuebles sin dañar las raíces de los árboles entre las que se integran, así como las alturas y los accesos de las edificaciones, buscando la unión entre lo natural y lo artificial para iniciar un diálogo que se apoya en el pasado, se asienta en el presente y se proyecta hacia el futuro.
  4. Se concretaron constructivamente las nuevas edificaciones y las rehabilitaciones con una sonora concatenación de celosías de madera con las que se resuelve desde la estructura hasta el mobiliario.

El proyecto ha obtenido el premio CSCAE 2020 en la modalidad de arquitectura.